Actividad 3 periodo II
Area/asignatura: Ciencias Políticas y Económicas
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Grado:10
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Período académico: II
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Docente: Gonzalo A. Roche Saldarriaga
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1. Comprende la
incidencia de los procesos económicos y las estructuras políticas nacionales
y globales, de acuerdo a contextos históricos específicos en la organización
y la vida social, en sus intereses personales y en su proyecto de vida.
2.
Produce textos académicos (ensayos, reseñas e informes, entre otros) sobre la
continuidad y discontinuidad del desarrollo político y económico de América
Latina, para dar cuenta de las tendencias políticas regionales y locales.
3.
Resuelve situaciones de conflicto generadas a partir de la discriminación
ante diferentes posiciones ideológicas para propiciar ambientes de tolerancia
y respeto.
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Descripción de las actividades a
desarrollar en el mejoramiento académico:
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Fecha de presentación o de desarrollo de
la actividad:
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El ejercicio es hacer lectura comprensiva
sacar resumen y glosario de palabras desconocidas.
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. 1.enviar al correo electrónico gonzaloroche@iebarriosannicolas.edu.co revisar el blog del docente Gonzalo Roche en la
Pagina Institucional o a la Dirección http://gonzaroche.blogspot.com donde encuentras el taller y las instrucciones. Plazo para la entrega el día 7 de julio
del año en curso. Las inquietudes hacerlas llegar por intermedio del correo,
o hacer los comentarios en el blog del docente Gonzalo Roche.
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Taller
El ejercicio es hacer lectura comprensiva
sacar resumen y glosario de palabras desconocidas.
Polarización Económica-
La
polarización de las economías de masa, significa que, en determinados sectores,
las economías de escala y experiencia están desapareciendo, mientras que en
otras se están intensificando.
Polarización negativa
La
polarización «negativa», en la que las economías basadas en la escala y la
experiencia se han debilitado, conduce a la fragmentación de actividades, a menudo llegando al extremo en que las empresas son sustituidas por
individuos como actores principales en algunas comunidades.
Polarización positiva
La
polarización «positiva», donde estas economías se han fortalecido, conduce a la
concentración de actividades; ejemplos extremos serían las compañías de
servicios públicos, las cooperativas o los monopolios. La consecuencia
combinada de estas tendencias es reemplazar la organización «vertical» por una
«horizontal», en una transposición de la matriz industrial.
Economías de masa
Esto
no convierte en obsoletas las empresas tradicionales, pero a menudo significa
que tienen que rediseñar su papel y replantearse su definición de negocio.
Necesitan establecer relaciones colaborativas con comunidades, en especial las de usuarios, en las que los
individuos o los propietarios individuales son más flexibles, están mejor
informados sobre el uso final de los productos o pueden innovar con costes más
bajos.
En
una industria de estructura tradicional, los negocios compiten en cadenas de
valor similares e integradas verticalmente que abarcan todo un conjunto de
actividades heterogéneas y más o menos secuenciales: abastecimiento,
mecanización, ensamblado, distribución, publicidad, etcétera.
La
ventaja de un elemento puede muy bien verse neutralizada por la desventaja de
otro. Muchas actividades están experimentando un regreso a la escala y/o la
experiencia —he acuñado la expresión «de masa» para englobar ambas—, pero
muchas otras no.
Incluso
puede haber actividades que han vuelto a la masa con efectos negativos; a
saber, cuando se hacen más grandes pierden flexibilidad y aumentan los gastos
generales. Por esta razón, extrayendo el patrón medio de todos los componentes
de la cadena de valor, hemos observado sólo un aumento leve de los beneficios
para el negocio en su conjunto. Por tanto, en una industria ya consolidada
podrían sobrevivir múltiples competidores y su rentabilidad estaría relacionada
de forma positiva —aunque no abrumadora— con la cuota de mercado.
Pero
la deconstrucción,
al descomponer distintos eslabones de la cadena de valor y permitirles que
evolucionen de manera independiente, socava el patrón «medio» de beneficios de
las economías de masa. En lugar de ello, cada elemento de la cadena evoluciona
según sus propias leyes.
Si
las economías de masa son negativas, su actividad se fragmentara, quizá dando
lugar a un conjunto de entidades de pequeño tamaño, como las comunidades de
desarrolladores y productores que florecen en plataformas como iOS, Alibaba y
Valve. En casos extremos, individuos autónomos forman comunidades para
practicar la «producción entre pares» de bienes de información.
Los usuarios del bien o servicio son a menudo los más motivados y están
óptimamente posicionados para hacer mejoras por interés propio. Además, si la
contribución es información, compartir sus mejoras no les comporta costo
alguno. Las contribuciones pueden hacerse en cantidades tan pequeñas que las
motivaciones no económicas —ya sea diversión, altruismo, reputación o búsqueda de
reconocimiento— pueden bastar. Esto tal vez se deba únicamente a que las
personas están deseando donar su trabajo, a que las tareas pueden desmenuzarse
ahora en partes más pequeñas con costos bajos, a que la gestión jerárquica se
limita en determinadas circunstancias a estar ahí sin intervenir o a que existe
un fenómeno inefable y emergente de inteligencia colectiva, pero el caso es que
funciona. De ahí Wikipedia, Linux o la cartera de reseñistas de libros de
Amazon. Edificios intelectuales coherentes construidos con miles de
contribuciones autónomas y no remuneradas.
Lo
que resulta nuevo aquí no es la posibilidad de que existan comunidades
productivas (que son, después de todo, una forma tribal de coordinación que
antecede tanto a los mercados como a la organización jerárquica), sino la nueva
capacidad que tienen las comunidades de expandirse (es decir, de aumentar su
tamaño o escala). Con la escala llegan la complejidad, la estructura emergente
y la fuerza gravitatoria del efecto red.
Para
ciertas clases de producción, las comunidades de escala global no solo
consiguen hacer las cosas, al mismo tiempo también obtienen ventajas económicas
sobre jerarquías corporativas y mercados tradicionales.
Y si
las economías de masa son claramente positivas, también puede ocurrir lo
contrario. La actividad se concentra y pueden convertirse en monopolios. En
ocasiones, las economías de escala han estado presentes, pero encerradas e
inaccesibles dentro de las cadenas de valor de empresas rivales. Otras veces,
como con las redes de fibra óptica, la ciencia genómica, la informática en la
nube y por supuesto los big data, las economías de escala han
prosperado gracias a las nuevas tecnologías.
¿Podrá
la polarización poner en riesgo crecimiento económico del país?
En
el ajedrez económico de Colombia las señales que envían los indicadores
presentados esta semana por el Dane muestran que el país tiene muchas piezas a
favor, como para ganar la partida, pero no hay que desconocer que sobre el
tablero puede haber movimientos que pongan en riesgo las expectativas de un
crecimiento para todo el 2019, proyectado por el Gobierno en 3,6 por ciento.
Por
el momento, la economía creció 3,3 por ciento en el tercer trimestre, la mayor
velocidad registrada en los últimos cuatro años, y previo a la temporada de
final de año, que por tradición es dinámica en demanda de productos y servicios
y, por consiguiente, generadora de empleo, lo que a su vez conduce a que los
ciudadanos tengan plata con qué comprar. De hecho, en el tercer trimestre se
volvió a evidenciar que el gasto de las familias es el que está poniendo el 70
por ciento de todo el valor que generó la economía entre julio y septiembre.
En
el país hay consumo, con un gasto de las familias que se expandió en 4,94 por
ciento en el tercer trimestre y una inversión que creció en 5,5 por ciento; por
lo tanto, son dos piezas claves que deben seguir aceitándose para que el motor
continúe funcionando. Es bueno recordar también que, si bien las personas se
están endeudando un poco más, es por cuenta de bajas tasas de interés y de una
inflación anual que se mantiene controlada por debajo del tope del rango meta
(entre 2 y 4 por ciento), en 3,86 por ciento a octubre, lo que confirma que
entre julio y septiembre “la economía tuvo un contundente rebote”, como indicó
el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.
El
comercio, gran generador de empleo, está creciendo al 5,9 por ciento, lo que,
seguramente, llevará a un último trimestre del año aún mejor en materia de
puestos de trabajo.
Cuánto
duraría un latino en ganar igual a un día del rico #1 del mundo
¿Qué
impulsó el crecimiento económico del país en el tercer trimestre?
Los
cuatro cultivos que pondrían 90 mil empleos en el agro
Y
hay otros sectores que muestran algo del bienestar de la gente, como el de la
administración pública, en el que se incluyen planes de seguridad social de
afiliación obligatoria; educación; actividades de atención de la salud humana y
servicios sociales, que crece al 4,3 por ciento.
Claro
está, hay otras ramas de la economía a las que todavía les va mal y a otras que
no les va tan bien. El subsector de edificaciones, por ejemplo, cayó en 8,1 por
ciento; mientras que la industria creció 1,5 por ciento, frente al 2,3 por
ciento que registraba en el mismo trimestre del 2018. Entre tanto, el agro se
impulsó a un ritmo de 2,6 por ciento.
Pero
aún la aceleración del crecimiento económico no frena el desempleo, que
completa 5 años con tendencia al alza, desde que la economía sufría el fenómeno
contrario, de desaceleración.
Este
indicador sigue en dos dígitos (10,2 por ciento), en medio de un mercado
laboral cambiante que además recibe el flujo de migrantes venezolanos, un
millón y medio de personas en los últimos años.
Las
personas mayores de 18 años le asignan una nota de 3,6 (en promedio) a su
satisfacción con su situación laboral actual.
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De
acuerdo con Juan Daniel Oviedo, director del Dane, “en una escala de 1 a 5,
siendo 5 el mayor nivel de satisfacción, las personas mayores de 18 años le
asignan una nota de 3,6 (en promedio) a su satisfacción con su situación
laboral actual. Este tipo de resultados muestran por qué las personas, a pesar
de observar un buen crecimiento económico, pueden sentirse insatisfechas y
promover una sensación general de pesimismo respecto a la actividad económica”.
Qué
esperar
En
conjunto, la economía colombiana, como lo han repetido en los últimos tiempos
organismos internacionales como el FMI y la Cepal, está mucho mejor que la de
sus vecinos (el crecimiento de Colombia en el primer semestre es de 3 por
ciento; el de Chile, 1,8 por ciento; el de Perú, 1,7 por ciento; el de Brasil,
0,7 por ciento, y el de México 0,2 por ciento). Y aunque, si bien nuestro país
ha resistido los coletazos del entorno internacional generado por la guerra
comercial entre China y Estados Unidos, los expertos estiman que podría ser más
vulnerable a situaciones internas como el riesgo de deterioro del orden público
en el paro del 21 de noviembre, lo cual terminaría erosionando el terreno que
ya venía abonado.En medio de este panorama está la confianza, menguada por una
polarización política. ¿Qué se puede esperar entonces?
Richard
Francis, director de calificaciones soberanas de Fitch Ratings, anunció que
esta calificadora, que se sorprendió con el resultado trimestral, pues “fue un
poco mejor de lo esperado”, subirá la proyección actual, desde 3 por ciento que
tenía para 2019 a una cifra que aún no se ha definido.
A
juicio del experto, como “los buenos resultados no han mejorado la tasa de
empleo, entonces mucha gente no siente la mejora en la economía”.
Esta
percepción es precisamente lo que motiva a protestas, sobre lo que, para Raúl
Ávila, académico de la facultad de economía de la Universidad Nacional, “se
debe tener cuidado porque las protestas que se prevén para el cierre de año
pueden afectar las decisiones de inversión y llevar a que esos recursos se
vayan para otros mercados, como el africano o centroamericano como ejes de
crecimiento de países en desarrollo, previendo que los paros son un proceso que
se viene dando en Suramérica”.
La
polarización política frena la economía o, por lo menos, impide que el efecto
multiplicador de beneficios tributarios
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Ávila
recordó que sectores como manufactura y minas, que no solo tuvieron
crecimientos bajos en el trimestre, sino que vienen en la misma tendencia a lo
largo del año, tradicionalmente son jalonadores de inversión extranjera.
Por
su parte, el analista José Roberto Acosta dice que “la polarización política
frena la economía o, por lo menos, impide que el efecto multiplicador de
beneficios tributarios, como los incluidos en la ley de financiamiento (ahora
reiniciando proceso de aprobación en el Congreso), tengan el alcance esperado”.
Lo
que se requiere, desde la perspectiva de Acosta, es hacer crecer la economía
desde el punto de vista de la oferta, pues hasta ahora fue la demanda la que
impulsó el PIB en el tercer trimestre, es decir, parte de lo que se consumió no
se produjo en el país, lo que se evidenció en datos como el que muestra que “el
comercio importó 10 por ciento más de bienes”.
“Para
hacer crecer la oferta se requiere ampliar la capacidad instalada empresarial y
mejorar la infraestructura pública, de manera que se abarate la
comercialización de productos, tanto en el mercado interno como para exportar.
Esto mejoraría la demanda de mano de obra y generaría empleo”.
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